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31/12/10 00:15

En el bar se encontraban los dos con algunas copas de más en el cuerpo, debatiendo lúcidamente sobre algunos problemas de la vida a pesar de su borrachera.
-          Venga, nos tomamos esta y nos vamos que te veo decaído.
-          No es para menos amigo, después de siete años no se puede acabar algo tan de golpe.
-          ¿Pero que te ha dicho? ¿Te ha dado algún motivo?
-          No ha dejado nada claro realmente.
-          Como todas las mujeres.
-          Su estado de ánimo influye, pero yo supongo que es la tontería de siempre, lo de “se acabó el amor”.
-          Sólo las mujeres pueden decir eso.
-          Evidentemente, porque, como diría mi antiguo profesor de sociología, a ellas las educan en un “mundo rosa” con cualidades expresivas, vamos para que crean en ese misticismo del amor, realmente es para que no follen por placer, sólo por amor.
-          Vaya gilipollez.
-          Pues así es Juan.
-          No, si yo no digo que no sea así, tienes razón, pero que es una estupidez no ver lo absurdo de ese pensamiento.
-          Ya te digo, y encima es que buscan la perfección hasta la saciedad con esas chorradas. Para tenerlas contentas tienes que ser buen amante, manitas, atento, cariñoso, dulce, comprensivo, decidido,  valiente, caballeroso, romántico, inteligente, ingenioso, gracioso, tolerante, comprensivo, respetuoso, recordar todas las estúpidas fechas de celebraciones, no ser celoso pero tampoco pasota, darle su espacio, en fin, un montón de cosas y después de todo por muchas cualidades que tengas puede ser que te deje y se vaya con el primer buscavidas que se encuentre.
-          ¡Qué razón llevas tío! A las mujeres no hay quien las entienda.
-          Hombre, yo creo que sí que las entiendo, pero son ellas las que no se entienden a sí mismas, son ilogicidad pura, ni ellas mismas tienen claro lo que quieren. Lo que no entiendo es cómo se pueden tirar por el desagüe siete años de relación como si no hubiera pasado nada, y así de golpe. ¡Pero si hace una semana estaba diciéndome que le encantaba estar conmigo joder! Y es que hay más de una que dices esas tonterías de “se acabó el amor” ¡Pero qué amor ni ostias! Si lo que llamamos amor no es más que serotonina y endorfinas segregadas por el cerebro que provocan sensación de bienestar ¡cojones!
-          Eso está claro, y es que el amor es una palabra inventada para poner una cara civilizada a lo que realmente es un impulso primario, y esto cualquier hombre debería saberlo, digo yo, excepto los adolescentes que tienen las hormonas efervescentes; pero a ver quien las convence a ellas con las gilipolleces y cursiladas que les han inculcado.
-          Pues a ver si se entera la peña ya con la tontura y las cursiladas ¡ostia puta!
-          No grites Roberto, que se van a enterar hasta los de fuera del bar.
-          Pues que se enteren ¡coño!
-          Bueno, tú no te preocupes mas ¿Qué le vas a hacer? Tendrás que esperar de momento
-          Pues a ver tío, porque yo así no soy capaz de centrarme en el trabajo ni en nada Juan.
-          Pues habrá que aguantar, ya tendrás experiencia que no es la primera ¿no?
-          No, pero de momento era la más importante. Siempre he intentado creer que no es cómo las demás y aún lo creo…ya la echo de menos y no han pasado ni cinco días.
-          Es que cuando se acostumbra uno a  alguien pues es difícil. Venga, termínate ese trago y vámonos.
Roberto apuró la copa de un solo trago y rompió el vaso contra el suelo. Tras eso ambos salieron del bar tambaleantes
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25/12/10 11:15

Ella se levantó y comenzó a vestirse, él dormía en un lado de la cama mientras tanto. Se sentó en el borde de la cama a su lado y Roberto se despertó.
-          ¿Qué haces? ¿Estás mejor?
-          No, será mejor que nos separemos.
-          Alicia, me cuesta aguantar a veces tus desánimos, pero lo hemos superado juntos otras veces.
-          Sí, pero esta vez no sé…fui al médico y me dijo que tengo que empezar un tratamiento de por vida.
-          Bueno ¿y qué más da? Si mejoras así por mi estupendo, a mi me gustas mucho, aunque a veces reconozco que me cuesta sobrellevar esa inestabilidad emocional tuya, pero no me importa, estas cosas es mejor superarlas juntos. (dijo él acariciandole la cara)
-          Tendré que empezar con el tratamiento y no sé si funcionará bien o no, y mientras esté así no quiero hacerte daño.
-          Ni yo a ti Alicia, siempre te he apoyado emocionalmente y nunca he pretendido hacerte daño en nada, lo que pasa es que cuando te pones así sólo recuerdas lo malo que haya pasado y eso no te lo quita ninguna pastilla, tienes que cambiar tu forma de ver las vida.
-          No puedo, es mejor que lo dejemos, al menos hasta que empiece con el tratamiento y vea si me funciona.
-          Sí que puedes joder ¿no serás capaz de decir que no recuerdas buenos momentos? Y no me digas que no hemos tenido nada más que malos porque es mentira.
-          Sí hemos tenido, pero pocos, además que nunca he estado bien contigo.
-          ¿Pocos? ¿Qué nunca has estado bien? ¿pero qué gilipollez es esa ahora? Si yo no recuerdo ni las discusiones que he tenido contigo alguna vez, sólo recuerdo lo bien que lo pasamos juntos ¿cómo es que tu no lo recuerdas?
-          Porque me pesa más lo malo…
-          ¿Pero qué malo? El problema está realmente en ti, en tu forma de ver el mundo ¿Si estábamos los dos haciendo lo mismo como es que no recordamos lo mismo?
-          Porque yo en realidad no lo pasaba bien.
-          ¡Ostia puta! ¿Vas a decir que nunca lo has pasado bien conmigo? No digas estupideces por favor Alicia, si hace nada estabas estupendamente conmigo. Cuando estás así no entras en razón de ningún modo. Y tu problema es que te empeñas en colocarle los sentimientos que ahora tienes a situaciones que han pasado antes y en las que estabas perfectamente bien. Y claro, así no eres capaz de ver nada en condiciones, que te sientas de un modo ahora no quiere decir que siempre haya sido así, si todo lo miras con la perspectiva pesimista de ahora por muy bien que estuvieras entonces, así no ha manera. (Roberto se levantó y comenzó a vestirse)
-          Será mejor que no separemos, así no me tienes que aguantar cuando me pongo así y se acabaron los problemas.
-          No es problema ninguno Alicia, yo te apoyo en lo que haga falta que para eso estamos.
-          Bueno, pues si lo dejamos ya no tendrás que cabrearte por mí ni nada de eso…
-          Lo siento si me altero a veces, pero me irrita que seas tan tozuda para ver las cosas. Además ¿te piensas que es tan fácil como huir? ¿Qué si no te veo se acabó el problema? Muerto el perro se acabó la rabia ¿no?
-          Si.
-          ¡Pues no joder¡ No puedo olvidarme de ti sin más, como si nada hubiera pasado entre nosotros, como si todo esto no hubiera existido nunca.
-          Será sólo un tiempo, para ver si mejoro, podemos ser amigos y luego pues a ver qué pasa…
-          Si, un tiempo, amigos…eso es lo que decían las otras.
-          Yo no soy como las otras.
-          Lo sé y por eso te quiero. Pero pareces incapaz de ser consciente de que lo que sientes o recuerdas se debe a tu estado de ánimo.
-          Esta vez sí que soy consciente de ello, déjame sola al menos un mes, cuando esté mejor ya quedaremos.
-          Lo dudo mucho. Pero si te empeñas seré yo quien me vaya, me llevaré alguna ropa y ya volveré a por lo demás.
Roberto cogió varias prendas, la metió en la maleta, besó a Alicia en la mejilla y se marchó sin decir nada más.
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24/12/10 10:30

 Ella bajaba del tren, y frente a la salida estaba él, esperándola con ahínco, deseoso de volver a abrazarla.
-          Hola preciosa. (saludó intentando abrazarla)
-          No me toques
-          ¿Pero qué te pasa ahora Alicia?
-          Que estoy cansada y he dormido poco.
-          ¿Y tengo yo la culpa de eso? Anda dame un beso siquiera.
-          No, déjame Roberto que estoy de mal genio.
-          Bueno…venga, dame esas maletas y vamos para el coche.
-          ¿Está muy lejos? (preguntó mientras andaban)
-          Un par de calles más arriba
-          Joder Roberto ¿Por qué no has aparcado más cerca?
-          Pues donde he encontrado aparcamiento, ostias, que cuando te pones así no hay quien te aguante.
-          A lo mejor no deberías aguantarme más.
-          No digas eso Alicia, que te pones muy pesimista cuando estás en ese estado. Tú sabes que te quiero y te ayudo siempre en lo que necesitas, e intento ser paciente en los momentos de este tipo, que solo ves lo malo del mundo. ¿O es que te ha pasado algo en el viaje?
-          No, no ha pasado nada, solo que estoy de muy mal humor.
-          Será el estrés y la falta de sueño, mejor que duermas en el coche un rato a ver si se te pasa un poco.
-          No quiero dormir en el coche.
-          Pero si siempre te duermes en cuanto no te hablo.
-          Si pero ahora no voy a poder, ya dormiré esta noche.
-          Bueno, pues esta noche te dejo tranquilita y descansas que mañana estarás mejor.
No era la primera vez que su pesimismo afloraba de aquel modo. Roberto estaba preocupado por este cambio tan brusco, pero aguantaba con calma porque sabía que era una mujer estupenda excepto cuando se ponía de aquel modo, aunque era un defecto que no le importaba demasiado, ella tenía otras cosas que a él le encantaban. Se montaron en el coche y partieron a casa, Alicia no dijo nada en todo el trayecto, pero tampoco se durmió.
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20/12/10 01:30

Allí reposaban los dos, acurrucados el uno al otro en la cama…
-          ¿Te ha gustado?
-          Si, sabes que siempre me gusta hacerlo contigo, da igual como sea.
-          Pero me aseguro, es importante para mí saberlo.
-          No conocemos desde hace mucho, debes saberlo de sobra.
-          Ya, pero siempre te lo pregunto, me gusta saber que te quedas a gusto.
-          Siempre estoy a gusto contigo, me siento muy tranquila a tu lado.
-          Me alegra saberlo…(dijo dejando la vista perdida)
-          ¿Qué te pasa?
-          Pues estaba pensando en el viaje ese con tu amiga.
-          No habrá problema, ella es buena compañera y me cuida mucho, aunque será un poco estresante.
-          Es que esos días son jodidos ¿no podían ser otros?
-          Son los que nos asignaron en el trabajo, son los negocios, pero el viernes volvemos…Te voy a echar de menos.
-          No te preocupes, son sólo cuatro días, cuando llegues iré a recogerte y ya nos vemos otra vez.
-          Sí, pero te añoraré de todos modos. A ver, déjame que coloque mi cabeza sobre tu pecho, me gusta mucho dormir así.
Ella acomodó su cabeza y se agarró con fuerza acurrucada al cuerpo de él mientras éste le acariciaba el pelo.
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Advertencia

Antes de nada es necesario avisar que todas las malditas situaciones descritas aquí son un puñetero invento y propiedad intelectual del SeñorPelos. Cualquier parecido con la puta realidad será una jodida casualidad cuando lo sea, o no. SeñorPelos no se hace responsable de las gilipolleces que pudieran verter otros usuarios con su mierda de comentarios. El objetivo es contar una historia, nada mas.
Y en otro orden de cosas es de sugerir al lector que escuche las canciones que se adjuntan a cada entrada del blog porque están pensadas para eso y de algún modo, en su letra o la expresión de la música, todas tienen relación con el texto.