SlideShow

0

04/02/11 01:10

Entraron juntos, Miriam fue al baño mientras y Roberto de dirigía directamente al dormitorio. Se sacó una bolsa de cocaína del bolsillo e hico una raya en la mesita de noche. Estaba terminándola y en ese instante justo entró por la puerta Miriam.
-          ¿Qué haces?
-          Nada mujer.
-          ¿Eso era cocaína?
-          Pues sí.
-          ¿No puedes follar sin colocarte o que pasa?
-          Si que puedo, es más, el día que te conocí sólo iba borracho.
-          Ya, pues entonces no la necesitabas hoy tampoco.
-          Bueno, ya la he gastado.
-          Pues no vas a necesitar más, no te preocupes por eso.(dijo mientras le tocaba la cara)
-          No sé. Supongo que hoy no.
-          No entiendo porqué tomas esas mierdas la verdad. Además que eso te hace polvo poco a poco.
-          Lo sé, pero me importa poco ahora mismo.
-          Pues mira tío, no te conozco mucho, pero sería mejor que dejes esas porquerías, mayormente para ti.
-          Ya…
-          Bueno, pero dejemos dejémonos de decadencias, en realidad a mi me da igual, me interesa más el sexo contigo que otra cosa.
-          Pues en realidad el sexo me influye y la tomo cuando estoy inseguro. (comentó sentándose en la cama)
-          ¿Inseguro porqué, por el sexo?
-          Si, por la borrachera, por quedar mal con alguna chica, esas cosas.
-          Sinceramente Roberto, me parece una tontería muy gorda. Si una vez no va bien la siguiente será mejor y no pasa nada.
-          Ya, pero todas no son como tú.
-          Menos mal, sino igual follarías menos conmigo y más con otras.
-          Tampoco estaría mal. (comentó sonriente)
-          ¿Verdad que si? Bueno, si encuentras a alguna como yo te la traes que nos juntemos los tres en tu cama que nos llevaremos bien.
-          Tomo nota cariño.
-          Si ella es como yo no le importaría la verdad. Pero dejémonos de cháchara, que quien tiene ahora que hacer polvo eres tú a mí, pero no poco a poco.
-          ¿A lo basto?
-          Sí, quiero que me  muerdas, arañes, que me azotes…uf, que me caliento nada mas pensarlo.
-          Supongo que por estas cosas no me hará falta colocarme contigo preciosa ¿no?
-          ¿Por mí erotismo?
-          Si, por ti, porque tú eres más lanzada y abierta para todo, una salvaje, y eso me pone.
-          Soy una fiera amor, será por la edad.
-          Será.
-          No, realmente es porque yo soy así cielo, y te animo el miembro sin drogas ni gilipolleces encanto.
-          O no
-          ¿Cómo que no? Te voy a dar un meneo que te vas a enterar. (le reprochó echándose encima de él)
-          Cuidado que tengo los pantalones ajustados y…
-          Ahí está eso, ya noto el bulto. (argumentó ella moviendo las caderas rozándose)
-          Ostias, has dado en el punto clave.
-          Y más que voy a dar…(dijo ella desabrochándole los pantalones)
-          A ti sí que te  voy a dar, que tienes tarea…
-          Eso, tu a mi sí que me tienes que dar por todos lados.
Tras tirar de los pantalones y dejar medio desnudo a Roberto, Miriam comenzó a quitarse el vestido dejándolo caer, un vestido rojo de terciopelo que bajaba escurriéndose por sus ondeantes curvas femeninas hasta tocar el suelo. Roberto la miraba mientras con anhelo expectante ¿Cómo podía haber tanta decisión en alguien tan joven?

0 comentarios: