SlideShow

0

22/02/11 23:05

Roberto había ido a un bar nuevo esa noche, acababa de hacerse una raya en el espejo del baño y al salir se cruzó con otro chico que lo miró de abajo a arriba. Un chaval rubio de ojos azules, delgado y con facciones algo andróginas. Sin darle más importancia se volvió a la barra y se sentó en su taburete. Pidió otra copa y al ser servido apareció de nuevo el chicho rubio.
-          A esta invito yo (dijo dándole un billete al camarero)
-          ¿Qué dices?
-          Que invito yo tío.
-          Bueno, si te empeñas…
-          Nunca te había visto por aquí.
-          Claro, porque nunca había venido.
-          Lógico. Me llamo David.
-          Yo Roberto.
-          Vengo por aquí de vez en cuando.
-          Yo ya te digo, es la primera vez que vengo.
-          ¿Y siempre vas tan solitario a todas partes?
-          Bueno, a veces sí. Los fines de semana salgo acompañado pero un día como hoy…
-          Claro, entre semana sale poca gente.
-          Por lo que ves sí. Yo he salido solo hoy.
-          ¿Por algún motivo en especial?
-          Porque mis amigos no iba a salir hoy, tampoco les he dicho nada, pero teniendo que trabajar dudo que quisieran.
-          Entiendo
-          Y porque me apetecía estar solo.
-          Pues si te molesto lo dices y me voy.
-          No me molestas, me da igual.
-          Vale pues me quedo.
-          Llevo toda la noche solo y tampoco viene mal un poco de conversación.
-          Y deduzco que llevas aquí ya un buen rato porque pareces borracho.
-          Borracho y colocado amigo.
-          Lo había deducido por el espejo del baño.
-          Que fino eres.
-          Es que te lo has dejado descolgado.
-          Vaya, no me he dado cuenta, será la borrachera.
-          Mismamente, pero no te preocupes, ya lo he colocado yo bien antes.
-          Gracias pues.
-          Bueno, pues si te atraen las experiencias nuevas en mi casa tengo yo algo para colocarte bien.
-          No gracias, en realidad debería dejarlo.
-          ¿Por qué?
-          Pues porque esto va a acabar conmigo.
-          Pero modérate hombre.
-          Es que no tengo medida…estoy regular, tengo una mala racha de decadencia.
-          ¿De decadencia?
-          Si, y cada vez peor…
-          ¿Y se puede saber tu historia amigo?
-          No me importaría contarla, pero no tengo muchas ganas.
-          Igual tampoco es lugar, si quieres vienes conmigo a mi piso, estaremos más relajados y allí tengo de todo.(argumentó poniéndole la mano en el hombro)
-          Debería decir que no…pero me da igual, la noche es joven aunque aburrida hasta el momento y necesito divertirme de algún modo.
-          Pues estamos dos solos y aburridos, divirtámonos juntos.
Salieron los dos el bar en dirección al piso de David. Roberto tenía en mente lo que realmente buscaba ese chaval, pero le importaba poco, la soledad la abrumaba  y le entristecía en su cada vez mas decadente mundo, sólo quería sentirse bien de algún modo, evadir la realidad.

0 comentarios: