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11/02/11 03:45

Elena salía del baño de mujeres de la discoteca y tras ella iba Roberto, que salía del mismo sitio abrochándose los botones de la camisa. Se acercaron a la barra y pidieron unas copas. A Roberto le salía un hilillo de sangre de la nariz y ella al darse cuenta se lo quitó con la mano.
-          Tenías sangre.
-          Demasiada cocaína quizás.
-          Tú sabrás lo que llevas metido hoy.
-          Tu sí que sabes bien lo que llevas metido (dijo sonriente)
-          Si, es verdad, mucho metido y en el baño.
-          La próxima vez nos vamos a mi apartamento que estaremos más cómodos.
-          Y nos podremos desnudar del todo. (añadió ella rozándole la entrepierna con su rodilla)
-          Pues eso, sexo, drogas y rock & roll.
-          Igual que en el baño.
-          Si, más o menos.
-          Pues no tenía ni idea de que hubiera una discoteca  de rock aquí.
-          Tampoco hay muchas en casi ningunas parte que yo sepa.
-          ¿Te he dicho ya lo de mi amigo ese?
-          ¿Qué amigo?
-          Joder, como siempre te veo borracho o drogado no te acuerdas de nada.
-          Bueno, pues refréscame la memoria.
-          Es un chaval que me gusta.
-          ¿Más que yo? (interrumpió él)
-          Bueno, aún no lo he probado.
-          ¿Y qué pasa con ese tío?
-          Pues también le gusta el rock y toca el bajo. Su hermano es guitarristas y bueno, pues eso, que me gusta.
-          Te sabes su vida ¿o qué?
-          Lo que no sé es si yo le gustaré a él.
-          A saber.
-          Lo comprobaré ya mismo.
-          A mí ya me has comprobado.
-          Si, y bien.
-          Te has desquitado, aquí te pillo aquí te mato.
-          Es que llevabas toda la noche ahí delante marcando el material con los pantalones ajustados y no podía aguantarme.
-          Casi me has arrastrado.
-          Si, lo siento, soy muy impulsiva a veces.
-          No importa, a mi me gusta.
-          Perfecto, pues me están dado impulsos de repetir. (le susurró al oído)
-          ¿Otra vez?
-          Si
-          ¿En el baño?
-          No, en tu apartamento.
-          Pero mujer, párate que descanse que me vas a vaciar.
-          Bueno, pero sólo un poco.
-          Además que no hemos terminado la copa ni nada aún.
-          ¿Qué más dará eso?
-          Pues que está media todavía.
-          Anda ya, déjate de chorradas, dale un trinque a eso y larguémonos.
-          Joder que ansias.
-          Ya reposaras mientras llegamos.
-          O cuando lleguemos. (añadió él)
-          Eso o dudo mucho cielo. Venga vamos.
Y así se fueron, a prisa y dejando el vaso medio lleno. De camino a su apartamento la brisa fría de la noche les acariciaba el rostro, Roberto despejó su mente de preocupaciones, querían aprovechar el momento, sabía que pasarían la noche allí pero durmiendo más bien poco. Iba a ser una larga noche.

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