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29/03/11 22:45

Roberto estaba haciendo la cena en su apartamento, en por la ventana entraba el sonido de la lluvia y el olor a humedad. Al poco llamaron a la puerta, pero no pulsando el timbre, sino golpeando directamente. Roberto apagó el fogón, se quitó el delantal y fue a abrir. Era Alicia, estaba con el pelo alborotado cayéndole sobre la cara, toda mojada.
-          Hola Roberto.
-          Alicia ¿Qué haces aquí?
-          Yo…
-          Y así. ¿No tienes paraguas? Te has puesto toda chorreando. Anda pasa, voy a traerte una toalla.
-          No sabía dónde ir.(dijo cabizbaja ella al sentarse)
-          ¿Pero qué te ha pasado?(preguntó dándole la toalla)
-          Yo, es que…
-          A ver cuéntame(susurró Roberto apartándole delicadamente el pelo de la cara)
-          No, no. (dijo ella sujetándole la mano)
-          Déjame que te vea.
-          No quería que…
-          ¿Quién cojones te ha hecho esto?(interrumpió con tono amenazante)
-          Hemos discutido y…
-          ¿Qué habéis discutido? Joder Alicia, tienes un ojo morado ¿Qué puta discusión es esa?
-          Lo siento, no debería haber venido. (argumentó ella levantándose)
-          Siéntate y cuéntame. (ordenó sujetándola de un brazo)
-          Suéltame.
-          He dicho que te sientes, esto no va a quedar así.
-          Vale, pero tranquilízate.
-          Venga, nos sentaremos y me dirás que ha pasado.
-          Pues poco hay que decir, ha sido una discusión y no sé ni cómo ha pasado esto, me golpeó y me fui de casa. No sabía que más hacer.
-          ¿Y has pensado que aquí estarías segura?
-          Supongo que sí, no sé.
-          Pues tendré que visitarlo.
-          No, no por favor Roberto.
-          ¿Cómo que no? ¿pero te has visto?
-          Bueno, me iré a casa mejor.
-          Ni hablar, tú te quedas aquí y yo volveré en un rato.
-          No, Roberto.
-          ¿Quieres venir conmigo?
-          No, quiero que no hagas nada, si he venido aquí contigo es porque no sabía lo que hacer.
-          Pues yo si lo sé.
-          No, por favor. Tranquilízate.
-          Estoy tranquilo, tranquilízate tu mejor.
-          Por favor Roberto.
-          Vale, nos quedaremos aquí. Estaba haciendo la cena, terminaré y cenaremos juntos. Tú mientras date una ducha caliente y ponte mi pijama mismo.
-          No te largues mientras estoy en la ducha que te conozco.
-          Si, parece que sí que me conoces…
-          Roberto…
-          No iré a ningún lado, haré la cena y nos quedaremos aquí.
-          Vale.
-          Puedes dormir aquí si quieres.
-          Gracias.
-           Yo dormiré en el sofá.
-          No te molestes, duermo contigo en la cama si no te importa, me siento más segura y más aún tras lo ocurrido.
-          ¿Seguro que quieres dormir a mi lado?
-          Total, si no tienes nada que no haya visto ya ¿no?
-          No estaría yo tan seguro…
-          ¿A qué te refieres?
-          A nada, vete a  ducharte y mientras pondré la mesa.
-          Vale, gracias de nuevo.
Alicia se metió en la ducha mientras Roberto hacía la cena y pensaba en lo ocurrido, su cara de enfado no cambió en todo el rato, se sentía intranquilo y muy agresivo pero en cuanto ella saliera tendría que disimularlo. Puso mientras la mesa y lo preparó todo para cenar los dos juntos.

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