SlideShow

0

21/01/11 23:55

Se encontraban Ángel, Rafa y Roberto en casa de Sergio que había organizado una fiesta, algunos mas bebidos que otros, desde hacía un rato intentaban conversar a pesar del volumen de la música, casi tenían que hablar a voces. En un momento se acercó Sergio, el anfitrión de la fiesta, un amigo de los tres.
-          ¡Qué buena fiesta has organizado Sergio!
-          Ya te digo colega. (añadió Rafa)
-          Gracias tíos, tenéis todas las copas que queráis, ya lo sabéis.
-          Pues aprovechemos entonces. (comentó Ángel)
-          Llevamos aprovechando un buen rato Sergio ¿No se nos nota?
-          Si, si, parece que vais un poco ebrios, pero bueno, es una fiesta, es para eso.
-          Oye Sergio.
-          Dime.
-          ¿Quién es esa rubia de allí? (preguntó Roberto señalando a una mujer)
-          Esa es Miriam, la hermana de Pedro.
-          Ostias, pues si que ha crecido, está muy guapa.
-          Lo secundo. (agregó Ángel)
-          Pues tiene dieciséis o diecisiete años.
-          No me digas…
-          Anda ya hombre, si está para hacerla polvo. (comentó Ángel)
-          Pero si es una niña tíos. (argumentó Rafa)
-          Pos vaya con la niña tronco.
-          Que par de golfos…Tened cuidado (se despidió Sergio yendo hacia otro lugar de la fiesta)
-          Si que está guapa la muchacha, igual voy a saludarla.
-          Pero si tiene la mitad de años que tú Roberto.(reprochó Rafa)
-          Pues así seré el doble de experimentado que ella.
-          O no. (interrumpió Ángel)
-          Anda, déjate de tonterías hombre.
-          Claro, cómo tú estás bien averiguado ya… (le dijo Ángel a Rafa)
-          No le hagas caso a mi primo, que tiene una borrachera ya que no veas (dijo Roberto excusándolo)
-          Que sí hombre, que esa le das caña y se hace una mujer, y luego te pide más (vociferó Ángel un tanto balbuceante)
-          Bueno, ahí os quedáis sinvergüenzas, que voy me voy para allí con Carmen (dijo riendo)
-          Eso, eso a hacer polvorones. (murmuró Ángel)
-          Venga Rafa, hasta luego. (dijo Roberto despidiéndolo)
-          Otra cosa… ¿Qué pasó el miércoles? (preguntó Ángel)
-          ¿Qué va a pasar?
-          Pues que me dijo Juan que te dejó con una tiparraca en el bar.
-          No es una tiparraca hombre, es una muchacha agradable, aunque algo exigente y rarilla a veces.
-          ¿Pero qué pasó?
-          Pues es algo que no me parece pertinente contarlo.
-          Que estamos en confianza hombre.
-          Sí, pero me parece descortés contar las intimidades.
-          Bueno, como quieras, el caso es que pasaste la noche con ella ¿No?
-          Si, dormí en su casa y al día siguiente ni fui a trabajar.
-          Eso no está bien hombre, es decir, está bien lo de dormir con la tía, pero no lo de faltar a trabajar.
-          Lo sé, dije que me había puesto malo y ya está.
-          Tu ten cuidado, no pasa nada porque seas golfo de vez en cuando, pero en el trabajo hay que cumplir bien, a ver si te van a despedir.
-          Lo tendré en cuenta.
-          Bueno, en otro orden de cosas… ¿Vas a presentarte a la chavala rubia o qué? Probablemente.
-          Pues venga, yo me voy ya, que con la borrachera que tengo ya verás mañana.
-          ¿Quieres que te acompañe o algo?
-          No, no es necesario, me voy andando y que me despeje el aire fresco, además, si vivo cerca.
-          Como quieras.
-          Pues dale, tú a lo tuyo, ve a por la rubia.
-          Allá voy.
-          Venga, hasta mañana.
Roberto fue hacia ella y la saludó. Charlaron un rato  y tras varias copas subieron juntos y de forma discreta a una de las habitaciones de la casa.

0 comentarios: