Se encontraban Ángel, Rafa y Roberto en casa de Sergio que había organizado una fiesta, algunos mas bebidos que otros, desde hacía un rato intentaban conversar a pesar del volumen de la música, casi tenían que hablar a voces. En un momento se acercó Sergio, el anfitrión de la fiesta, un amigo de los tres.
- ¡Qué buena fiesta has organizado Sergio!
- Ya te digo colega. (añadió Rafa)
- Gracias tíos, tenéis todas las copas que queráis, ya lo sabéis.
- Pues aprovechemos entonces. (comentó Ángel)
- Llevamos aprovechando un buen rato Sergio ¿No se nos nota?
- Si, si, parece que vais un poco ebrios, pero bueno, es una fiesta, es para eso.
- Oye Sergio.
- Dime.
- ¿Quién es esa rubia de allí? (preguntó Roberto señalando a una mujer)
- Ostias, pues si que ha crecido, está muy guapa.
- Lo secundo. (agregó Ángel)
- Pues tiene dieciséis o diecisiete años.
- No me digas…
- Anda ya hombre, si está para hacerla polvo. (comentó Ángel)
- Pero si es una niña tíos. (argumentó Rafa)
- Pos vaya con la niña tronco.
- Que par de golfos…Tened cuidado (se despidió Sergio yendo hacia otro lugar de la fiesta)
- Si que está guapa la muchacha, igual voy a saludarla.
- Pero si tiene la mitad de años que tú Roberto.(reprochó Rafa)
- Pues así seré el doble de experimentado que ella.
- O no. (interrumpió Ángel)
- Anda, déjate de tonterías hombre.
- Claro, cómo tú estás bien averiguado ya… (le dijo Ángel a Rafa)
- No le hagas caso a mi primo, que tiene una borrachera ya que no veas (dijo Roberto excusándolo)
- Que sí hombre, que esa le das caña y se hace una mujer, y luego te pide más (vociferó Ángel un tanto balbuceante)
- Bueno, ahí os quedáis sinvergüenzas, que voy me voy para allí con Carmen (dijo riendo)
- Eso, eso a hacer polvorones. (murmuró Ángel)
- Venga Rafa, hasta luego. (dijo Roberto despidiéndolo)
- Otra cosa… ¿Qué pasó el miércoles? (preguntó Ángel)
- ¿Qué va a pasar?
- Pues que me dijo Juan que te dejó con una tiparraca en el bar.
- No es una tiparraca hombre, es una muchacha agradable, aunque algo exigente y rarilla a veces.
- ¿Pero qué pasó?
- Pues es algo que no me parece pertinente contarlo.
- Que estamos en confianza hombre.
- Sí, pero me parece descortés contar las intimidades.
- Bueno, como quieras, el caso es que pasaste la noche con ella ¿No?
- Si, dormí en su casa y al día siguiente ni fui a trabajar.
- Eso no está bien hombre, es decir, está bien lo de dormir con la tía, pero no lo de faltar a trabajar.
- Lo sé, dije que me había puesto malo y ya está.
- Tu ten cuidado, no pasa nada porque seas golfo de vez en cuando, pero en el trabajo hay que cumplir bien, a ver si te van a despedir.
- Lo tendré en cuenta.
- Bueno, en otro orden de cosas… ¿Vas a presentarte a la chavala rubia o qué? Probablemente.
- Pues venga, yo me voy ya, que con la borrachera que tengo ya verás mañana.
- ¿Quieres que te acompañe o algo?
- No, no es necesario, me voy andando y que me despeje el aire fresco, además, si vivo cerca.
- Como quieras.
- Pues dale, tú a lo tuyo, ve a por la rubia.
- Allá voy.
- Venga, hasta mañana.
Roberto fue hacia ella y la saludó. Charlaron un rato y tras varias copas subieron juntos y de forma discreta a una de las habitaciones de la casa.
0 comentarios:
Publicar un comentario